Edificación de sencilla arquitectura con marcado sabor popular, que al igual que las viviendas se adecua de manera ingeniosa a la fuerte irregularidad del terreno, lo que hace que sus portadas aparezcan a niveles diferentes. Para salvar la acusada pendiente de su asentamiento, bajo la cabecera se dispone una galería porticada a manera de girola inferior, que a su función de apoyo une un alto valor morfológico y estético, originando uno de los rincones de composición más atractiva de la localidad.
Además de un extraordinario valor formal, la iglesia encierra un interés histórico artístico sobresaliente, por tratarse de obra mudéjar, muy posiblemente una mezquita, reconvertida en templo cristiano en el siglo XIV.
Constructivamente se trata de una pequeña edificación de mampostería encalada con sencillas portadas, en la que, además de la girola inferior mencionada, únicamente se significa al exterior la espadaña de gran cuerpo que preside la fachada delantera. Al interior, presenta planta de tres naves sobre arcos de herradura, con cubierta de madera a dos aguas y cabecera cupulada con el mismo cubrimiento.
Con motivo de las obras de restauración en fase de ejecución, en 1.991 fue descubierto en sus muros un conjunto de pinturas murales de extraordinario valor, fechadas en el siglo XV, representando diferentes escenas religiosas y bélicas, de factura semejante a las que aparecen en la parroquial de la vecina localidad de Chillón, poniendo de manifiesto sus conexiones con el foco toledano.